Esta publicación es muy especial para mí, porque ha sido mi caballo de batalla durante muchoooo tiempo, quizás demasiado; y me gustaría compartir contigo esta importante información.
La televisión se ha convertido en más que un electrodoméstico, en una amiga, compañera, consejera, influencer, etc., pues siempre está a nuestro lado; siempre encendida, siempre haciéndonos compañía, informándonos, entreteniéndonos y aconsejándonos qué comer, qué comprar, qué perfume usar, qué regalar… si, es ironía.
Hoy en día es muyyyyy difícil encontrar a alguien que no tenga televisión en casa, casi tan difícil como encontrar un trébol de 4 hojas, ¿o el raro es el de 3?
Bueno, lo cierto es que más personas de las que creemos, encienden la tele desde que se levantan, y también les acompaña hasta la cama. Naturalmente está encendida a la hora de comer, y ese es el momento del que me voy a ocupar.
Seguramente no nos damos cuenta, pero ver la tele mientras comemos nos incita a comer más, ya que al distraernos de lo que estamos haciendo (comer), podemos perder el control sobre la cantidad ingerida y así, estimularnos a comer más.
De hecho, científicos de Estados Unidos han comprobado que cuando comemos mirando televisión podemos consumir hasta un 40% más cantidad de alimento, sobre todo si son dulces y/o muy calóricos.
¿Quién no ha tenido la tentación de ver su serie favorita, una película o un partido de fútbol comiendo palomitas, pipas, patatas fritas (papas en Canarias), chocolate, helado, etc? Seamos realistas, las posibilidades de comer más de lo necesario y de engordar, se incrementan si miramos televisión mientras comemos.
Televisión o actividad física
Para perder peso o no engordar, es indispensable sostener un gasto calórico que promueva el balance energético o que provoque mayor quema de calorías de las que ingerimos. Por eso es recomendable reducir las horas de televisión diarias, y dediquemos ese tiempo en aumentar nuestra actividad física, aunque sólo sea caminar.
Otros estudios indican que ver mucha televisión reduce el metabolismo considerablemente, produciendo una quema de calorías inferior a la que tenemos en reposo, según concluye una investigación publicada en la revista Pediatrics.
Alimentación consciente
A la conclusión que llego es que, si estamos intentando bajar de peso o estabilizarlo, tenemos que ser conscientes de que si comemos viendo la tele, las posibilidades de caer en un exceso de calorías y de engordar se incrementan.
Es mucho mejor comer tranquilamente sentados a la mesa, saboreando y masticando bien los alimentos, para poder sentirnos satisfechos y dejar de comer en el momento adecuado.
La alimentación consciente (mindful eating), nos permite estar atentos a la nutrición, aprender a identificar qué nos está "diciendo" nuestro cuerpo, detectar nuestras emociones y nuestras sensaciones corporales y así poder alimentarnos de forma más saludable y mantener un peso adecuado.